El trabajo desde casa u otros lugares fuera de la oficina se ha convertido en una tendencia creciente entre los trabajadores cualificados -especialmente en profesiones con un alto grado de digitalización. En 2020, los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) pusieron en marcha los primeros programas de visados para nómadas digitales, y desde entonces España ha logrado posicionar como uno de los destinos favoritos para estos profesionales.
A pesar de las diferencias en títulos, requisitos de elegibilidad o derechos asociados, todas las jurisdicciones están interesadas en atraer a trabajadores remotos transfronterizos con ingresos extranjeros, ya sean empleados o autónomos en empresas en el exterior. España ha conseguido convertirse en uno de los destinos favoritos de los nómadas digitales, no solo por sus atractivas ventajas fiscales, sino también por su alta calidad de vida. Además, ha influido bastante el efecto de la supresión del régimen fiscal preferente para extranjeros (NHR) en Portugal.
Como señalan los expertos de la empresa Relocate & Save, un error común entre los nómadas digitales es considerarse también “nómadas fiscales” y afirmar que, como viajan mucho, no necesitan pagar impuestos. En realidad, errores tan comunes como no darse de baja en la autoridad fiscal de su país de origen o no tener un certificado de residencia fiscal en otro país suelen hacer que el nómada digital pague impuestos en países con impuestos elevados.
Evitar este escenario puede ayudar obteniendo un visado de nómada digital o cualquier otro tipo de visado que permita ser residente fiscal en un país con bajos impuestos. También se puede tener una casa disponible donde vivir durante los meses en los que el trabajador remoto no está viajando.
En cualquier caso, Relocate & Save ha determinado varios países que combinan una baja tributación con una residencia fiscal segura frente a las autoridades fiscales extranjeras. En Chipre, una tasa del impuesto corporativo es del 12,5% y se obtiene un certificado de residencia fiscal tras solo 60 días de estancia. En Dubai, la tasa del impuesto sobre la renta es del 0%, el impuesto corporativo llega al 9% y el certificado de residencia fiscal se concede tras 90 o 120 días de estancia. En España, el impuesto sobre la renta ronda el 24% y el 0% sobre los dividendos extranjeros. En Estonia, según el tipo de negocio, el impuesto sobre la renta puede rondar el 20%.
En Andorra, gracias al visado de nómada digital, se aplica un impuesto del 10% y la estancia mínima para obtener el certificado es de 90 días. Malta también parece atractiva con varios regímenes fiscales con un tipo del 15% y un certificado de residente fiscal con un mayor periodo de estancia en el país. Destinos como Tailandia, Indonesia y México también ya cuentan con reconocimiento internacional.
Aunque las normas internacionales limitan el periodo máximo de estancia sin visado a un total de 183 días al año, la mayoría de los convenios de doble imposición prevén una serie de obligaciones fiscales para empleados y empresas por encima de los 90 días. Entre los destinos posibles con visado de nómada digital destacan Bermudas y Bahamas, Costa Rica, Panamá, Santa Lucía, Barbados, Brasil y Argentina.