Además, el inversor particular representa alrededor del 80% del total de las inversiones inmobiliarias del mercado, con perfiles que se corresponden con propietarios que necesitan vender un piso pequeño o en alquiler y medianos inversores que se refugian en la inversión inmobiliaria.
Rebeca Pérez, directora ejecutiva y fundadora de Inviertis, ha señalado que los inversores “están retirando todo lo que tenían en bolsa y están invirtiendo en viviendas para conservar su patrimonio, una situación que se ha acentuado desde lo ocurrido en Ucrania”. Además, ha añadido que “la inversión en ladrillo ofrece en este momento una seguridad por la fluctuación más controlada del mercado inmobiliario y la estabilidad de oferta y demanda en los principales mercados españoles”.
Por otro lado, algunos inversores empiezan a recurrir a las criptomonedas dentro de la inversión inmobiliaria, con una acentuación de esta tendencia en los últimos dos meses. Según nos ha comentado la fundadora, “conviertes una inversión de riesgo en una conservadora y, si tuviste suerte de entrar en el mundo cripto en 2012, por ejemplo, puedes adquirir una vivienda por los 200 euros de entonces”.
No obstante, también nos ha recordado los inconvenientes de carácter administrativo que existen, como la forma de fijar el precio en bitcoin, la transacción y la regularización ante Hacienda.
Vincenç Hernández Reche, el asesor de Inviertis y director ejecutivo de la empresa de gestión y formalización hipotecaria Tecnotramit, ha reconocido también que el uso de las criptomonedas en el sector inmobiliario “todavía se encuentra en una fase muy prematura”.
Además, nos ha asegurado que “una cosa es utilizarlas como inversión especulativa y otra muy diferente es hacerlo como moneda de intercambio de bienes inmuebles. Seguramente, a medida que aumente su uso y la adaptación por parte de intermediarios, entidades financieras, notarios y registradores de la propiedad, entre otros, podremos ver una utilización más generalizada de las criptomonedas”.
