Como demuestran los datos del Foro Económico Mundial, España es la segunda potencia turística mundial. Según el Índice de Desarrollo de Viajes y Turismo (TTDI en inglés) 2024, que mide un conjunto de factores que garantizan el desarrollo estable y resistente del sector turístico, España obtuvo 5,18 puntos, mientras que EE.UU. encabezó la clasificación con una puntuación de 5,24 puntos.
Japón (5,09), Francia (5,07), Australia (5), Alemania (5), Reino Unido (4,96), China (4,94), Italia (4,90) y Suiza (4,81) también se situaron entre los 10 primeros de la clasificación, que incluye un total de 119 destinos. En general, Europa y Asia-Pacífico, así como los países de renta alta, siguen presentando las condiciones más favorables para el desarrollo del sector turístico.
El informe del FEM señala que el sector de viajes y turismo sigue creciendo desde la pandemia, pero su recuperación ha sido “desigual” y las condiciones de su funcionamiento han sido “difíciles”. Aunque 71 de 119 países han crecido entre 2019 y 2024, la media es solo un 0,7% superior al nivel “prepandémico”.
Al mismo tiempo, se ha registrado un crecimiento de la demanda mundial de servicios turísticos, coincidiendo con el aumento de la capacidad y la conectividad de las rutas aéreas, la mejora de la apertura internacional y el aumento de la inversión en recursos naturales y culturales. Sin embargo, a pesar de ello, persiste la escasez de mano de obra, y la capacidad del transporte aéreo, la inversión en viajes y turismo, la productividad y otros factores de la oferta no han seguido el ritmo de la creciente demanda. Por último, el desequilibrio resultante entre la oferta y la demanda, en combinación con una presión inflacionista generalizada, ha reducido la competitividad de los precios y ha provocado fallos en la prestación de servicios.