El invierno aún no ha llegado a España, pero el frío ya se nota poco a poco en distintas regiones del país y algunos lugares ya han experimentado una notable ola de frío. El portal especializado eltiempo.es ha destacado cuatro lugares con las temperaturas invernales más bajas de toda la historia de las observaciones.

Torre de Cabdella (provincia de Lérida)

El récord histórico de mediciones de temperatura registradas oficialmente en España tuvo lugar el 2 de febrero de 1956 en las proximidades de la localidad de Torre de Cabdella. Más concretamente, se registró en el lago Estangento, donde el termómetro marcó -32ºC, aunque es posible que en puntos más altos se alcanzaran los -50ºC.

Desde Torre de Cabdella hasta este lago artificial situado en el corazón de los Pirineos, a una altura de 2.140 metros sobre el nivel del mar se puede llegar por una ruta considerada una de las más espectaculares de la zona. Además, a solo 800 metros del pueblo se encuentra la ermita románica de San Martí, reconocida como monumento de arte arquitectónico.

Calamocha (provincia de Teruel)

La segunda temperatura invernal más baja de España se registró en la pequeña aldea de Calamocha, en el centro de la llanura del Jiloca, en el margen derecho del río. El 17 de diciembre de 1963 el termómetro marcó -30ºC.

En el pasado fue un enclave bien fortificado, pero hoy no queda casi ningún rastro de aquel recinto amurallado. No obstante, en el centro se conservan varios monumentos, entre ellos pequeñas mansiones de estilo aragonés y la iglesia barroca Santa María la Mayor, mientras que en las afueras de la ciudad hay un hermoso puente romano que fue construido en el siglo I d.C.

Molina de Aragón (Provincia de Guadalajara)

En tercer puesto, con una temperatura de -28,2ºC, registrada el 28 de enero de 1952, se encuentra Molina de Aragón, situada al noroeste de la provincia de Guadalajara. A pesar de su diminuta superficie, cuenta con numerosos monumentos históricos, entre los cuales se destaca el impresionante castillo amurallado en lo alto de una colina que domina el valle. También merece la pena visitar el Monasterio de San Francisco, fundado a finales del siglo XIII, y el casco antiguo con el barrio judío y el barrio de la morería.

Reynosa (Cantabria)

La ciudad de Reynosa, situada en el interior, alejada del mar y rodeada de altas montañas, suele llamarse la «puerta de Castilla en Cantabria». La temperatura mínima aquí fue -24,6ºC el 4 de enero de 1971.

En el centro histórico de Reynosa se encuentra la Iglesia de San Sebastián del siglo XVIII, uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de Cantabria, aunque conserva restos de los dos siglos anteriores. También es popular entre los turistas una serie de edificios con columnatas donde se puede degustar el dulce típico local conocido como «pantortilla», un pastel hecho del hojaldre espolvoreado con azúcar.

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