La revista National Geographic ha elegido el Castillo de Santa Bárbara de Alicante para su ruta «España en diez Castillos Medievales de Leyenda» que ha publicado recientemente. La publicación señala que estos castillos «se han convertido en una de las mejores formas de conocer la lejana Edad Media y de revivir los sentimientos de quienes se protegían tras sus muros».
El Castillo de Santa Bárbara es el monumento más visitado de la Comunidad Valenciana y en 2022 batió todos los récords, recibiendo cerca de 700.000 personas. Además de excursiones, aquí tenían lugar exposiciones, conciertos, diversos eventos temáticos para niños y adultos, degustaciones de productos locales y otras actividades. Este castillo también recibió el premio «Travellers’ Choice» de Trip Advisor, al figurar entre los lugares más recomendados para visitar.
En España hay más de 10.000 castillos, aunque esta cifra es aproximada debido a la falta de un inventario detallado. Algunos de ellos están abandonados y olvidados, pero muchos todavía están en excelentes condiciones y abiertos al público. Según National Geographic, los diez castillos y fortalezas legendarios de España son los siguientes:
1. Castillo de Belalcázar (Córdoba)
Situado en un lugar estratégico entre Toledo, Sevilla y Córdoba, este castillo es el más alto de toda España. Se destaca su torre del homenaje, de 47 metros de altura y con aspecto de periscopio, capaz de controlar toda la zona. Data del siglo XV y se construyó sobre los restos de una fortaleza romana y luego musulmana.
2. Castillo de Santa Bárbara (Alicante)
Este castillo está situado en un promontorio a 166 metros de altitud desde donde se divisa toda la bahía de Alicante. Hoy alberga el MUSA, el Museo de la Ciudad de Alicante, que ofrece visitas guiadas y teatralizadas por el interior del castillo.
3. Castillo de Loarre (Huesca)
El Castillo de Loarre es una de las fortificaciones mejor conservadas de la Península Ibérica. Su construcción románica del siglo XI ha llegado hasta nuestros días en excelentes condiciones.
4. Castillo de Trujillo (Cáceres)
La alcazaba de esta bella localidad extremeña es un monumento del período Omeya de los siglos IX y X. Su patio de armas tiene un espacio de más de 40 metros perímetro y está flanqueado por fuertes torres defensivas.
5. Castillo de La Calahorra (Granada)
El Castillo de La Calahorra, muy bien conservado, es una obra destacada de la arquitectura renacentista italiana que data de 1509. En sus sótanos se encuentran los calabozos donde pernoctaban los cautivos moriscos. Para visitarlo es necesario pedir cita previa.
6. Castillo de Peñíscola (Castellón)
Los templarios construyeron esta fortaleza y levantaron sus poderosos muros en un islote que con el tiempo se convirtió en península. El Papa Benedicto XIII, sucesor del gran cisma de la Iglesia de Occidente, encontró aquí su última morada. Las murallas de esta fortaleza fueron levantadas por Jaume I y completadas por Felipe II siglos más tarde.
7. Castillo de Bellver (Palma)
Este castillo gótico, uno de los únicos castillos circulares que hay en Europa, fue construido en 1300 y sirvió de residencia real para el rey Jaime II. En actualidad alberga el Museo de Historia de la ciudad de Palma.
8. Castillo de Tossa de Mar (Girona)
Situada en un promontorio que domina las playas de la bahía de Tossa, esta fortificación recuerda las incursiones de corsarios y piratas. El castillo fue construido en el siglo XIV y cuenta con tres grandes torres cilíndricas defensivas en su muralla.
9. Castillo de Olite (Navarra)
El Castillo Real de Olite (1387-1425) es un conjunto irregular de torres, estancias, galerías, patios y jardines, cuya singular silueta se ve desde cualquier punto de la ciudad. Al visitarlo se puede viajar al pasado que cuenta mucho sobre los reyes y la nobleza que vivió aquí y sobre la historia del Reino de Navarra.
10. Castillo de Belmonte (Cuenca)
Desde su construcción en 1456 y hasta el día de hoy, el Castillo de Belmonte ha sido testigo de grandes momentos históricos en los cuales ha jugado un papel determinante. La última emperatriz francesa Eugenia de Montijo lo restauró por completo en el siglo XIX y hoy acoge visitas teatralizadas y entrenamientos de combates medievales.
