El frío, la lluvia y el viento hacen que el invierno, en muchas ocasiones, se reduzca a un solo plan: sofá, peli y manta. Sin embargo, aunque nos encanta pasar tiempo en casa con nuestros familiares y amigos, en la Costa Blanca existen muchas más opciones. En verano, es muy fácil acertar con un buen plan: es suficiente con visitar cualquiera de las paradisíacas calas del entorno y darte un chapuzón, tanto a plena luz del día,como disfrutando de la brisa nocturna.Temperaturas suaves, días soleados, atardeceres explosivos. Ahora es el momento perfecto para conocer la otra cara de la región de Alicante. De hecho, cuando compruebes su oferta cultural, gastronómica y patrimonial dejarás de echar de menos el bañador. ¡Te lo aseguramos!
La provincia de Alicante es uno de esos lugares que, lejos de perder el encanto con el frío y la llegada del invierno, se vuelve, si cabe, ciertamente más fascinante. La Costa Blanca, debido a su posición orientada al sudeste, tiene un microclima particularmente suave y soleado,y es un destino perfecto en España para visitar durante la época invernal,gracias a su exquisita temperatura media de 18 °C y sus más de 300 días de sol al año. Este es indudablemente un clima perfecto para disfrutar de sus paisajes y actividades durante todo el año, así como de sus populares tradiciones navideñas.
Sus rincones y sus pueblos de ensueño garantizan diversión en cualquier época del año. Sin embargo, el inicio de la temporada de invierno es la estación perfecta para empaparse de toda la magia y todos los contrastes de la región de Alicante; una provincia que es sinónimo de sol, de buena gastronomía y de una amplia oferta cultural.
Nuestro recorrido para descubrir qué hacer en Alicante en invierno, nos llevará por más de un pueblo de la provincia. A lo largo del camino, juntos descubriremos los encantos de hacer turismo en invierno por la Costa Blanca, y cómo esta se viste de gala para dar la bienvenida a la Navidad. ¡Acompáñanos en este fascinante viaje!
Los planes imprescindibles de Alicante en invierno
Una de las principales ventajas de hacer turismo en Alicante en invierno es que, al ser temporada baja, la provincia no está tan concurrida y, por este motivo, tienes la oportunidad de disfrutar de todas sus maravillas con más calma y tranquilidad. Asimismo, hay experiencias que sólo se pueden vivir en esta época del año, cuando el espíritu navideño invade a sus habitantes y la magia desborda las calles de los pueblos más bonitos de la Costa Blanca.
El legendario Belén de Tirisiti de Alcoy y sus tradiciones
En Alcoy cuando se celebra, se hace a lo grande. Sus fiestas de Moros y Cristianos (declaradas de Interés Turístico Internacional) son una de las citas más esperadas,aunque, el espectacular despliegue de su Cabalgata de Reyes Magos tampoco se queda atrás. No obstante, el resto del año también va sobrado de atractivos como restos medievales, arquitectura modernista y una elegante Plaza de España. Se trata de una ciudad de contrastes: en Alcoy podrás adentrarte en un refugio subterráneo de la Guerra Civil (reconvertido en museo), o en la vanguardista Lonja de Sant Jordi diseñada por Santiago Calatrava.
Asimismo, el Museo de las Fiestas de Moros y Cristianos es la mejor manera de sentir el arraigo de esta fiesta, y la Plaça de Dins es el lugar perfecto para probar su tradicional “plis play” (café licor con Coca Cola). ¿Todavía te sobra tiempo? Completa la singular ruta para los admiradores de Camilo Sesto por la ciudad que le vio nacer, o adéntrate en las ‘Covetes del moro’ en la cercana Bocairent.
Asimismo, Alicante en Navidad no sería lo mismo sin el legendario y prestigioso Belén de Tirisiti, una función teatral de marionetas que se viene representando desde el pasado siglo XIX, y que ha sido declarado Bien de Interés Cultural. De hecho, es el acontecimiento más singular y antiguo que se representa en España con marionetas.
Sin lugar a dudas, visitar Alcoy en el mes de diciembre es vivir la tradición y el ambiente navideño más clásico, sin embargo, ver este famoso teatro de marionetas no es el único motivo para viajar hasta este lugar. La ciudad alcoyana es una de las grandes referencias dela Comunidad Valenciana por su gastronomía de montaña y su arquitectura (puentes, Torres Medievales, Casa del Pavo, refugios de la guerra) Esta ciudad, ciertamente merece una visita.
Ibi: capital del juguete artesanal
La industria juguetera fue el motor económico de esta localidad alicantina entre los años 40 y 80, y los juguetes artesanales que aquí se fabricaban contentaron las Navidades de miles y miles de niños de toda España. La ilusión de los más peques de la casa por los regalos de Papá Noel y los Reyes Magos se respira en cada rincón de este encantador pueblo, también conocido como la ‘Villa del Juguete’.Verdaderamente, la devoción por los juguetes se palpa entre sus habitantes y se ve reflejada por el hecho de que todo el pueblo gira en tornoa esta temática: el Museo Valenciano del Juguete; la casa de los Reyes Mago, un hotel temático, etc.
Ibi respira historia y pasión por la Navidad por sus cuatro costados y, con más de 100 años a sus espaldas, el juguete sigue siendo el motor de la localidad desde que, en 1905, se fabricase el primero. Por este motivo, Ibi es un lugar de visita obligatoria si te estás preguntando qué hacer en Alicante durante el invierno.
Jijona: la cuna del dulce más típico de Navidad
Otro de los míticos lugares para descubrir Alicante en invierno es Jijona, conocida como la cuna del turrón, el dulce protagonista en las mesas de todas las cenas y comidas de Navidad. Allí se reivindica el valor tradicional del turrón artesano, alejado de las producciones en masa y las marcas blancas. Además, como no podía ser de otra manera, la ciudad cuenta con el Museo del Turrón, un homenaje en toda regla a su producto estrella.
De igual manera, para “bajar” el turrón, Jijona es uno de los mejores lugares de la provincia de Alicante para los amantes del senderismo, con grandes puntos de atracción como la Llibreria, la Carrasqueta o el Castillo, muy cercanos a la ciudad. Además, y como curiosidad, Jijona cuenta con alrededor de un centenar de fuentes antiguas.
Orihuela: gran patrimonio arquitectónico y artístico
La ciudad de Orihuela, ubicada en la comarca alicantina de la Vega Baja, es también uno de esos lugares perfectos para visitar en invierno. Por lo general, esta comarca al sur de Alicante es poco conocida, pero cuenta con localidades llenas de magia y que, indudablemente, merecen la pena descubrir, como la ciudad de Orihuela.
Esta localidad no tiene nada que envidiar a muchas capitales españolas en cuanto al patrimonio arquitectónico y artístico que albergan sus calles. El Palacio Episcopal, el Museo de Arte Sacro, el Colegio Diocesano o el Museo San Juan de Dios son puntos de atención turística que sobresalen por su arquitectura y belleza.
Además, una de las cosas por las que es más famosa la ciudad de Orihuela es porque es el lugar de nacimiento de Miguel Hernández, uno de los poetas españoles más célebres y símbolo de la lucha contra el franquismo. Aquí encontrarás la Casa Museo, lugar donde el poeta vivió con su familia y en la que podrás ver una serie de elementos testimoniales de la vida de este genio alicantino.
Completar la ruta de los miradores de Jávea
La ruta de los 15 miradores de Jávea: En invierno disfrutamos de la costa de una forma diferente, mucho más pausada y relajada, lo que nos permite contemplar la belleza de sus paisajes. Por este motivo, el invierno es el momento perfecto para hacer esta ruta y descubrir playas como la Granadella o el Portitxol desde las alturas. No te quedes sin visitar la cala Blanca o la Creu del Portitxol, con vistas al Cap Prim y a una de las playas más tranquilas de Jávea, la Cala Sardinera.
Hablamos de 15 escenarios en los que contemplar los acantilados y las recónditas calas que tantos turistas visitan en verano. 15 formas diferentes de ver el mar, en su mayoría, fácilmente accesibles en coche, y dotadas de paneles explicativos que te permitirán asimilar toda la vegetación, la fauna y la historia que aglomera esta zona. Por supuesto, no faltará la maravilla natural del Montgó ni los molinos del Siglo XIV.
Tampoco los miradores, islotes y pinares, durante un recorrido que se origina en el Cabo de San Antonio para extenderse hasta el Castell de la Granadella.
Descubrir por qué Guadalest es uno de los pueblos más bellos de España
Aquí encontrarás la prueba de que el interior levantino nada tiene que envidiarle a los paisajes de costa. El Castell de Guadalest es un pueblo encallado en la montaña y arropado por las sierras de la Xortà, Aitana y la Serella que no renuncia a la esencia mediterránea de casitas encaladas y tradicionales suelos empedrados. Está dividido en dos barrios: el del Castillo, donde descansan los restos de origen musulmán de San José y de la Alcozaiba (Siglo XI), y el Arrabal, anexo pintoresco donde proliferan las pequeñas tiendas de artesanía y los museos tan excentricos como el de Microminiaturas o el de Saleros y Pimenteros. Vale la pena continuar por la carretera de curvas que bordea la Sierra de Aitana hasta Confrides, pasando por Benimantell o Benifato, y degustar algún plato típico de montaña como la Olleta de Blat.
Navegar frente a las costas de Altea
Con una de las cúpulas más famosas del Mediterráneo, las callejuelas del casco histórico de Altea son una visita obligada para quienes desean conocer el perfil más pintoresco de la Costa Blanca. Su paseo marítimo, su Club Náutico y sus playas de canto rodado también merecen especial mención. Por eso te proponemos contemplarlas desde un ángulo diferente: el que se obtiene desde su bahía. Además, muchas academias, como Pailabot, ofrecen cursos de iniciación a la vela con instructor, así como la posibilidad de vivir una puesta de sol rojiza e inolvidable sobre el mar. ¿Por qué no estrenar una nueva afición por todo lo alto?
Recorrer el Parque Natural de la Serra Gelada
A pesar de que gran parte de este parque natural se extiende en las profundidades, existen dos senderos principales para recorrerlo a pie. El primero es un paseo moderado y fotogénico que parte del aparcamiento ubicado al final del ‘Camí Vell del far’ en El Albir. Aproximadamente dos kilómetros y medio de excursión en los que pasaremos junto a minas de ocre y pequeñas calas, para culminar en un mirador de vistas incomparables.
El segundo, algo más sacrificado, se trata de un recorrido de 6,5 kilómetros que une el inicio del Camino del faro con la Cruz de Benidorm, en el Rincón de Loix, uno de los pocos lugares de la ciudad en los que se tiene que bajar la vista para contemplar los rascacielos. Asimismo, si todavía nos encontramos con fuerzas, podremos alargar la caminata otros dos kilómetros hasta la Punta del Cavall. Una vez superado el reto, sólo nos quedará enfrentarnos al túnel (forat) y las crestas de Sierra Bernia.
Adentrarte en las cuevas de Canelobre
Podrás encontrar este espectáculo de estalactitas, estalagmitas, columnas y medusas por obra y gracia de los efectos del agua en la localidad de Busot, a 25 kilómetros de Alicante. Escondidas a 700 metros de altitud en la sierra Cabeçó D’Or, entre sus más de 80.000 metros cuadrados destaca una de las bóvedas más altas de España y una estalagmita de más de 100.000 años. Indudablemente, un magnífico y didáctico plan para pasar un día en familia, y a prueba de mal tiempo.
Coronar el Peñón de Ifach en Calpe
Un clásico entre veraneantes y locales que, aunque no entiende de estaciones, suele disfrutarse más cuando los turistas y las temperaturas descienden. Se puede dividir el recorrido en dos etapas: la primera, a lo largo de un sendero fácil que incluye el Centro de Interpretación y varios miradores hasta alcanzar el túnel. La segunda, mucho más abrupta y vertical, nos llevará a coronar los 332 metros de su cima (utilizar un buen calzado es fundamental). En total, dos horas y media nos separan de nuestra recompensa: las vistas más completas de Calpe y su bahía, que en los días más despejados nos permitirán vislumbrar Ibiza. Después de este desgaste, recomendamos tomar asiento en la Lonja a partir de las 17:00 horas para ser testigos de la subasta de pescado. Una actividad que se realiza de lunes a viernes, con la llegada de los barcos y mayoristas de la zona y que resulta singularmente curiosa.
Ver el mundo de color de rosa en Torrevieja
Por su peculiar tono y por su capacidad de transformarse en un gran espejo, las salinas de la Mata y Torrevieja son uno de los lugares más característicos de la zona. Están formadas por dos lagunas, una verdosa y otra con un singular color rosado que le confiere su composición única, separadas por un anticlinal llamado El Chaparral. Existen varias rutas para recorrer este parque natural, tanto a pie como en bicicleta, y de este modo disfrutar de las orillas cristalizadas, las montañas de sal y los flujos de aves, como los flamencos. ¡No encontrarás un mejor paisaje para tus fotos!
La ciudad de Alicante en invierno: disfrutarlo sin la masificación veraniega
Si te preguntas qué hacer en la ciudad de Alicante en invierno, la respuesta es sencilla: lo mismo que en verano (excepto ir a la playa) pero sin tantas multitudes turísticas. déjate abrigar por el sol invernal de la capital de la Costa Blanca y disfruta de sus grandes atractivos. Por ejemplo: empezar por la subida hasta el Castillo de Santa Bárbara, fortaleza medieval, famosa por su Patio de Armas, para después relajarnos en la zona del puerto, recorrer los yacimientos del Museo Arqueológico (MARQ) o avanzar unos cuantos siglos disfrutando de las exposiciones de su Museo de Arte Contemporáneo, callejear por el casco antiguo o perderse por el colorido barrio de Santa Cruz. También puedes pasear por la soleada y famosa Explanada de España, el paseo frente al Postiguet y sentarte en una de sus terrazas a disfrutar de un delicioso chocolate con churros.
Seguir la estela de las estrellas Michelin
Que en tierras valencianas se come especialmente bien no es ninguna novedad. Su gastronomía única, sabiamente selecciona y potencia los mejores ingredientes del mar y de la huerta– sin ocultar su debilidad por los arroces– dando lugar a opciones deliciosas para todos los presupuestos. No obstante, si quieres rozar la excelencia, te proponemos recorrer, o al menos decantarte por uno de los 11 restaurantes con Estrella Michelin de los que presume la provincia de Alicante. Encontraremos nombres ya consolidados como la apuesta de Quique Dacosta en Dénia, que acumula tres distintivos, junto a otros que estrenan galardón, como el Xato by Cristina Figueira en La Nucía. ¿Podrás resistir la tentación?
Bonus
Los pueblos de interior con más encanto puedes visitarlos cualquier época del año, pero sus bellos paisajes montañosos, sus castillos y sus cascos antiguos hacen de estos pueblos un enclave aún más especial, si cabe, en invierno. Te recomendamos visitar Teulada y Polop de la Marina.
Los museos más pintorescos: El verano invita a disfrutar del clima dándose un baño en el mar o tomando algo en una terraza, por ello, te aconsejamos que aproveches el fresquito para visitar estos museos que tenías pendientes. Hay para todos los gustos, como el Museo del Chocolate en Villajoyosa, para los más golosos; el Museo del Cómic en Calpe; o la Casa Museo Abargues en Benissa, un auténtico viaje al pasado, ya que se trata de la réplica de una casa palaciega de los siglos XVIII-XIX.
En resumen, siempre es un buen momento para descubrir todos los rincones de la región de Alicante y conocer una tierra cercana, accesible, bonita y alegre. ¿Te apuntas a nuestro plan de invierno?
