El sistema sanitario español es un sistema mixto donde conviven el Sistema Nacional de Salud (SNS), que es gestionado por las entidades públicas, junto a una extensa red hospitalaria privada. Cerca del 90% de los españoles disfrutan del SNS, mientras que el 15% tienen un seguro médico privado.

Para beneficiarse del sistema sanitario en España, debe residir legalmente en el país y contribuir con el gobierno español para tener derecho al servicio público, ya que éste es financiado por el gobierno a través de los impuestos.

Por otro lado, la sanidad privada en España es similar al modelo brasileño, es decir, los ciudadanos deben pagar una cuota mensual, que varía según la compañía contratada, y así pueden disfrutar de asistencia médica y hospitalaria cuando sea necesario.

Sistema público de salud

El Sistema Nacional de Salud (SNS), es un sistema universal, por lo que cualquier persona registrada en la Seguridad Social tiene acceso a atención sanitaria gratuita (excepto las oftalmológicas y odontológicas), e incluye consultas médicas, hospitalizaciones, urgencias, atención especializada y medicamentos subvencionados.

Los servicios sanitarios públicos en España se clasifican en dos grupos: Atención Primaria y Atención Especializada.

En Atención Primaria se ofrecen servicios básicos, como consultas, exámenes, cursos para embarazadas y atención de urgencia. En cambio, en la Atención Especializada, el servicio se dirige a centros de especialidades y hospitales, en régimen ambulatorio o de hospitalización.

Como hemos mencionado anteriormente, para poder utilizar el sistema sanitario público en España debe estar inscrito en la Seguridad Social. La obtención del número de la Seguridad Social es rápida y gratuita, y debe solicitarse antes de iniciar cualquier actividad o servicio, y puede ser solicitada por el propio trabajador o por el empresario.

Una vez inscrito, debe acudir al centro de salud más cercano a su domicilio para solicitar la Tarjeta Sanitaria Individual (TSI). Todas las personas debidamente acreditadas a través de su tarjeta sanitaria individual u otro documento oficial de acreditación que reconozca su derecho a la asistencia del Sistema Único de Salud, así como otros colectivos, tienen derecho a la asistencia pública.

El Instituto Nacional de la Seguridad Social es el órgano competente para determinar el derecho a la asistencia sanitaria con cargo a los fondos públicos del Sistema Único de Salud. Por lo tanto, si el ciudadano está desempleado o jubilado, tiene garantizada la atención si está registrado en la Seguridad Social.

Respecto a los extranjeros que se encuentran en España, como requisito de entrada en el país médico o un seguro de viaje que tenga cobertura en España, de lo contrario, el servicio público está garantizado sólo en casos de accidentes, enfermedades graves y para mujeres embarazadas que estén de parto.

En el caso de que el individuo sea ciudadano de uno de los países miembros de la Unión Europea, puede recibir asistencia médica en el sistema sanitario público de España, siempre que presente la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE).

A continuación, te contamos los servicios que cubre más detalladamente:

  • Atención primaria: este es el primer nivel de contacto con el sistema de salud. Se te asignará un médico de cabecera o médico de familia en tu centro de salud local, quien será responsable de llevar un seguimiento de tu estado de salud general.
  • Especialidades médicas: si necesitas ver a un especialista (como cardiólogo, dermatólogo o ginecólogo), deberás acudir primero a tu médico de cabecera, quien evaluará tu caso y te derivará a un especialista si es necesario.
  • Urgencias: los hospitales públicos ofrecen atención de urgencias las 24 horas del día y es un servicio completamente gratuito para los residentes.
  • Hospitalización y cirugías: la hospitalización, incluida las cirugías, también está cubierta por el sistema público. Esto significa que, si necesitas ser ingresado en un hospital o someterte a una operación, no tendrás que preocuparte por grandes gastos, ya que estos servicios están financiados por el Estado.
  • Medicamentos: los medicamentos recetados por médicos del sistema público tienen un coste subvencionado, lo que significa que sólo pagarás una parte del precio total. Estos medicamentos podrán ser canjeados en cualquier farmacia, pero tendrás que llevar siempre tu Tarjeta Sanitaria Individual, ya que te identificará como beneficiario de la sanidad pública. Por ejemplo, los pensionistas disfrutan de una subvención aun mayor y, en muchos casos, pagan una cantidad mínima o incluso nada por sus medicamentos.

Sistema sanitario privado

Como se ha mencionado anteriormente, en España existen planes de seguros de salud, en los que hay que pagar una cantidad mensual para disfrutar de asistencia médica y hospitalaria cuando sea necesario. Para los extranjeros que trabajan en el país, también se recomienda contratar un seguro médico, que puede ser realizado por la empresa para la que trabaja el individuo o incluso por él mismo.

Por lo que podemos decir que la sanidad privada es accesible a través de seguros privados o mediante el pago directo por servicios.

Ventajas de la sanidad privada:

  • Menores tiempos de espera: aunque la sanidad pública ofrece una buena cobertura, los tiempos de espera pueden ser largos para consultas especializadas o procedimientos no urgentes. La sanidad privada tiende a ofrecer citas más rápidas.
  • Flexibilidad: los centros privados suelen ofrecer una mayor flexibilidad en cuanto a horarios de citas y un acceso más directo a especialistas sin necesidad de derivación.
  • Elección de médico: en la sanidad privada puedes elegir a tu médico o cirujano, mientras que, en la pública, generalmente, se te asigna uno. Muchas personas optan por contratar un seguro médico privado para complementar la sanidad pública o para evitar usarla del todo.

Los planes de seguros varían en costo y cobertura, pero suelen incluir:

  • Acceso directo a especialistas.
  • Cobertura de hospitalización en centros privados.
  • Servicios dentales, oftalmológicos o estéticos, que a menudo no están cubiertos por la sanidad pública.

Si decides utilizar la sanidad privada sin un seguro médico es importante tener en cuenta que los costes pueden ser altos. Por ejemplo, una consulta con un especialista privado puede costar entre 50 y 150 euros, dependiendo de la clínica y especialidad. Los tratamientos más complejos, como cirugías y hospitalizaciones, pueden tener un coste significativamente mayor. Por esta razón, la mayoría de personas que utilizan la sanidad privada contratan un seguro médico que cubra parte o la totalidad de estos gastos.

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